La colección de 4 EP's que fue su anterior Cuatricomía (Warner Music, 13) debió marcarles una tendencia de cara al futuro. De hecho FANGORIA repite fórmula con dos de los cuatro productores que se encargaron del experimento. Pero si con Guille Milkyway rebosaron rotunda sincronía, los 2 singles de Cuatricomía ("Dramas y Comedias" y "Desfachatez") estuvieron a su cargo, ¿por qué no le han encargado la producción total del presente álbum?
Y es que la primera mitad de Canciones para Robots Románticos (Warner Music, 16) contiene la mayor colección de hits por minuto de Alaska y Nacho Canut desde Arquitectura Efímera (DRO/East West, 04). El genio de La Casa Azul se muestra sutil y eficiente en la producción de los seis primeros cortes, dándole un poso de elegancia que parecía haberse arrinconado en los últimos trabajos del dueto.
El comienzo es de "traca i mocador" como decimos los catalanes. Desde su legendario Una Temporada en el Infierno (Subterfuge, 99) no habían iniciado un álbum de manera tan pausada como aquí gracias a "Disco Sally". Maravilloso homenaje melodramático a una anciana que tenía como segunda casa la Studio 54, donde finalmente falleció.
"Geometría Polisentimental" (1r single y clip a final de post) hará que no puedas dejar de bailar con ese coro "Uuuu, aaaa" acompañando el estribillo, el final in crescendo... absolutamente brillante. Y llega "Fiesta en el Infierno" y nos pilla dándolo todo, subidón trance acompañado de una letra que está condenada a ser coreada en los conciertos hasta el desgañite. Magnífica, el tercer de los ya "clásicos" de FANGORIA que contiene este disco.
La cosa sin decaer en absoluto se sosega un pelín con "Iluminados", y no por sus bpm, sinó por la intensidad en el intro de la estrofa. Pura explosión con ese increscendo que va conduciéndote irremediablemente al estribillo en forma de rampa hacia la pista de baile. Tranquilamente podía enlazar con la fantástica "Manual de decoración para personas abandonadas", con un puente hacia el min 2:15 que es toda una delicia.
"Voluntad de resistir" cierra el sexteto inicial de manera notable y más comparándolo lo que nos viene en la segunda parte del álbum producida por Jon Klein.
El exceso y la reiteración son amos y señores a partir de estos momentos, nos dispersamos y cuesta focalizar sobre lo relevante. Destacaríamos "Mentiras de Folletín", sobresaliendo por su frescura y la conclusión del estribillo coronado con esa especie de "Picpic" a los coros que nos recuerda al "Micmic" del Correcaminos; y la concluyente "Larga Vida y Prosperidad", con esas guitarras que emulan al "Hallo Spaceboy" del maestro David Bowie.
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