Bienve Campoy (guitarra), Helios Sánchez (bajo), Luis Pastor (sintes y programaciones), Pedro Marco (batería) y Jesús Cobarro (voz y guitarra) son la alineación actual de NOISE BOX y nos traen décimo álbum con Daño (Flor y Nata Records, 2024). Los murcianos vienen desde principios del año 2000 forjando méritos para alcanzar sitio de honor en el panorama independiente patrio y con este nuevo trabajo deberían haber llegado sobrados a la meta. Cambian el inglés por el castellano en 12 canciones donde se muestran más incisivos y sugerentes que nunca armados de su indie rock con alta simpatia por el emo.
"Daño" arranca con el tema titular y esos destellos de sintes a los que enseguida acompaña el bajo pulsómetro cimentando un corte que se desboca en el estribillo rebosante de guitarras grunge. Un arranque bien sugestivo, sensación que quedará atrincherada durante toda la escucha.
Nos ponemos intensos con "Algo bueno" agitando una coctelera sonora donde aparecen desde loops, samples y cajas de ritmos hasta un ligero autotune insertado en la voz de Cobarro. Una que se desgañita mientras líricamente busca el equilibrio entre la angustia y el alivio, lo que viene a ser sentirse vivo.
El primer adelanto del disco fue "Espiral" animando a arriesgarte por un sueño, a ser valientes, sin miedo, la recompensa puede ser gloriosa. Un riff guitarrero nos introduce a otro brillante corte que va navegando en sutil in crescendo para estallar definitivamente en un último minuto de traca.
"Hoguera" es eso mismo, una llamarada que arrasa con lo que pilla. El lado más explosivo de NOISE BOX servido en bandeja de plata con afiladas guitarras, batería detonadora y bajo percutor hermanados por unos evocadores sintes a modo de guinda para uno de los cortes más arrebatadores del conjunto.
Cogemos aire con la delicadeza de la estrofa de "Alfiler". Será un espejismo porque llega el estribillo y vuelve a aflorar el apasionamiento innato del quinteto. Luego con esos solos de guitarra ya nos tendran ganados para siempre. ¡Temón!
La melancólica "Ejercicio de gratitud" fue el último avance de Daño, contando con la colaboración destacada de la guitarra de Jorge Guirao de los añorados SECOND. De los temas más melódicos y evocadores del disco resulta una muestra más del poder camaleónico de los murcianos. La segunda mitad de la canción va derivando hacia fuegos artificiales.
Cuidado con "1Up" que juega al despiste. Su aparente minimalismo te va envolviendo hasta hacerte suyo. Una fantasmal estrofa desembocando en ultra-melódico estribillo para luego ir buscando recovecos donde refugiarse, a modo de animal en peligro de extinción. Maravillosa.
"Caja de ruido" o el poder sanador de la música, es la más popera del álbum. Un himno motivador con forma de medio tiempo provisto de un estribillo irresistible, capaz de hacerte resurgir de las cenizas una y mil veces.
Las heridas de una ruptura sentimental cicatrizan mucho antes con notas tan radiantes como las de "1985". Le sigue la elegancia placentera de "Nuestra soledad" con el bajo pidiendo protagonismo. De repente hacia su ecuador nos sobreviene un break partiéndola en dos. A partir de ahí se rebela tanto musicalmente como líricamente, intentando escapar de esa misma "soledad".