BIZNAGA ya llevan, con este ¡Ahora! (Montgrí, 2024), cinco álbumes en su mochila. Una que ya pesa, repleta como está de puñetazos punk-rock bien noqueantes, a menudo en forma de canción protesta puesta al día, pasada por el aro del músculo de Jorge Navarro (bajista), Álvaro García (guitarra y voz), Torete (guitarra) y Jorge 'Milky' Ballarín (batería). Con el presente trabajo se coronan como máximos representantes del descontento socio-político actual, eso sí, sin renunciar a la ilusión, armados de un moderado optimismo.
El grito con el que arranca el álbum no podía ser mejor introducción para el mismo. "El futuro sobre plano" nos abre la puerta a ¡Ahora! con el derecho a una vivienda digna como bandera. La enarbolan al modo del cuarteto madrileño-malagueño: estrofa incisiva, puente arrollador y estribillo cadencioso.
En "Imaginación política" advertimos una luz de esperanza: <<Te imaginas que fuera posible otra vida, que hubiera alternativa a esta deriva? ¿Y si vuera verdad? Es verdad, es verdad>>. La épica contenida de su último minuto es de traca.
El bajo de "El entusiasmo" (videoclip insertado a pie de página) me tiene ganado. El que fuera primer single avance del disco es puro subidón, en todos los sentidos. El corte más inmediato del conjunto arranca líricamente de manera lapidaria: <<Cuando el desencanto es tradición el entusiasmo es una disidencia>>. Podría ser el eslogan perfecto para presentar ¡Ahora!. Y su final tampoco se queda cojo: <<El entusiasmo nos atraviesa con su cuchillo de primavera>>. Antes, el estribillo ya nos lo dejaba claro: <<Esto es una canción de amor y una declaración de guerra>>. Ah, me dejaba otra frase cosecha de BIZNAGA: <<si hay que morir es de vivir>>.
En "La gran renuncia" denuncian <<el estado de malestar>> en el que estamos sumidos, donde el vivir para trabajar es religión. Esos avinagrados rasgueos guitarreros acompañando el bajo antes de presentar el estribillo son de los que se marcan a fuego.
La Wikipedia nos explica que las "Benzodiazepinas" son medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central. La canción del mismo título se despereza progresivamente, in crescendo, transitando por el abuso de la medicación de manera rehabilitadora gracias a su melódico desarrollo.
La cara B del vinilo asoma la cabeza con el desgarrador medio tiempo "Espejos de caos" reflejando la fustración y angustia derivada de la precariedad laboral. La consecuencias pueden originar situaciones límite como la de los protagonistas del corte.
La empoderadora "Las afinidades eléctricas" sentencia desde su inicio con ese: <<quien se olvida de los amigos se olvida de sí mismo>>. Le sigue Anxa Baltar (BALA) haciendo los coros en la sobrecogedora, pese a su luminosas notas, "Réquiem por un rider". Las guitarras jangle-pop jugueteando con el pulsómetro bajo ponen el resto a otro espléndido corte.