Cuando te encuentras con un artista con la capacidad de emocionar como lo hace ADRIÁN JUÁREZ, desde la sencillez, casi sin querer, solo puedes dejarte llevar por la emotividad que transmite mientras te sientes afortunado de poder disfrutarlo.
Una vez he cogido aire tras la carrerilla inicial, te doy las gracias Adrián, una vez más, porque lo has vuelto a hacer.
Llega la tormenta con "Los saltamontes" y aprovechamos a refugiarnos entre sus cálidas notas antes de que disfrutemos de la vuelta del astro rey con la maravillosa "Los nube".
Disfrutamos de la tarde con la ternura de "Fuertes de bambú" dando paso a los misterios de la noche a través de "La luna fue a volar" y la melancólica "Jacinto de las tinieblas".
El dueto final rebosa dulzura y parece dirigido especialmente al público infantil con "Las negritas los negritos" y especialmente en la nana "Araucarias" (la canción). Es como si el oso Baloo le cantara al pequeño Mowgli llegado el momento de comenzar un sueño reparador. Así se cierra el disco, a la par que cerramos los ojos para poder descansar después de una jornada selvática virtual más que emocionante.
Recomendamos la escucha de Araucarias con cascos, así podrás sumergirte con sus notas y sonidos en lo más profundo de la jungla:
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Una vez he cogido aire tras la carrerilla inicial, te doy las gracias Adrián, una vez más, porque lo has vuelto a hacer.
Su estilo es una mezcla de pop con toquecitos folk y ahora también incluyendo sonidos típicos africanos. La experimentación es una constante en su trayectoria y no duda en utilizar los instrumentos más variopintos y sonidos ambientes para enriquecer el trabajo. Su voz susurrante y placentera ayuda a darle un aire muy apto para todos los públicos, también muy recomendable para el infantil.
Después de sus preciosistas trabajos Tu nombre es fresa (autoeditado 2011) y Marimba (Luscinia Discos 2012); el músico y compositor residente en La Plata (Buenos Aires) decidió para su tercer trabajo coger el reto de musicalizar lo que podrían ser las vivencias durante un día entero en medio de la selva. De ahí surge su tercer álbum Araucarias (Luscinia Discos 2015), grabado íntegramente por el mismo, siguiendo fiel a su filosofía "do it yourself".
Foto de Luciana Demichelis |
Araucarias se inicia en forma de fantástico tridente inicial con "Los Rugientes", surgiendo como un animoso y vital despertar, ya dispuesto a descubrir los misterios que nos depara un nuevo día; y "Dun dun" (clip al final del post), con la inspiración africana penetrando en el disco de forma más evidente y agrandándose en la galopante "Guerrero corazón jaguar".
Llega la tormenta con "Los saltamontes" y aprovechamos a refugiarnos entre sus cálidas notas antes de que disfrutemos de la vuelta del astro rey con la maravillosa "Los nube".
Disfrutamos de la tarde con la ternura de "Fuertes de bambú" dando paso a los misterios de la noche a través de "La luna fue a volar" y la melancólica "Jacinto de las tinieblas".
El dueto final rebosa dulzura y parece dirigido especialmente al público infantil con "Las negritas los negritos" y especialmente en la nana "Araucarias" (la canción). Es como si el oso Baloo le cantara al pequeño Mowgli llegado el momento de comenzar un sueño reparador. Así se cierra el disco, a la par que cerramos los ojos para poder descansar después de una jornada selvática virtual más que emocionante.
Recomendamos la escucha de Araucarias con cascos, así podrás sumergirte con sus notas y sonidos en lo más profundo de la jungla:
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