Hypnotized (autoeditado 2016) es el sexto álbum de A QUIET MAN, un artista de les Terres de l'Ebre (tierras del sur de Cataluña bañadas por dicho río con el Delta del Ebro como desembocadura) que nos tiene acostumbrados a trabajos degustados a fuego lento, tal que delicatessen preparado para paladares exquisitos.
En esta ocasión opta por inyectar electrónica a la mayoría de sus temas, agrandando con ello el abanico de sonoridades pop melódico, soul y jazz, marca de la casa. Algo que ya había testado en anteriores trabajos, como en Into the Night (2014), pero que ahora se hace más palpable.
En esta ocasión opta por inyectar electrónica a la mayoría de sus temas, agrandando con ello el abanico de sonoridades pop melódico, soul y jazz, marca de la casa. Algo que ya había testado en anteriores trabajos, como en Into the Night (2014), pero que ahora se hace más palpable.
Si buscáramos la definición del término "indie" encontraríamos a A QUIET MAN (Fabio Vega) ya que compone, lo graba en su propio estudio, lo produce, realiza las mezclas... Todo menos la masterización que corre a cargo de Erik Veach at Crazy Daisy Studios en Portland (Oregon); y el diseño del arte, a cargo del artista Miquel Serratosa, colaborador habitual en los últimos tiempos, con un cuadro suyo ilustrando la cover del álbum.
Nos adentramos en esa carretera sinuosa que aparece en la portada con "Criminal", que a modo de mantra nos advierte: "I'm a criminal/You know I kill for lust/I'm a criminal, under the spell of a blue moon". Es que realmente Fabio es algo parecido, una especie de criminal sonoro que va dejando víctimas en forma de seguidores mientras los hipnotiza, nunca mejor dicho, con su voz grave y seductora.
Nos adentramos en esa carretera sinuosa que aparece en la portada con "Criminal", que a modo de mantra nos advierte: "I'm a criminal/You know I kill for lust/I'm a criminal, under the spell of a blue moon". Es que realmente Fabio es algo parecido, una especie de criminal sonoro que va dejando víctimas en forma de seguidores mientras los hipnotiza, nunca mejor dicho, con su voz grave y seductora.
La electrónica se hace más evidente con la llegada de "She Wants (Me)" dándole un toque dance acompañando a una guitarra shoegaze y creando una fusión cautivadora. A partir de aquí se abre la veda y penetran aires trip-hoperos con "Dumb" y "Tell me why". En ambas, sobretodo en la segunda, aliándose con unos mordaces sintes y creando una sombría atmósfera.
"Every Day, Every Night", con esas cajas de ritmos inyectando groove a un tema aparentemente plácido, y las enormes "How Can I Say I'm Sorry?" y "Memory", quizás el tridente de cortes donde el sello clásico e inconfundible de A QUIET MAN se hace más obvio. Aunque con sintes y samplers por lo bajini, sobre todo en el final de esta última con protagonismo de la peli Lost Highway (1997) de David Lynch, acompañando a esas infinitas y sobrecogedoras notas guitarreras, retorciendo la épica hasta llegar al sumum emocional.
¿Quién dice que no podemos bailar con A QUIET MAN? El rompepistas soulero "I don't wanna lose you" lo demuestra y de qué manera.
¿Quién dice que no podemos bailar con A QUIET MAN? El rompepistas soulero "I don't wanna lose you" lo demuestra y de qué manera.
Llueve mientras llegamos ya a nuestro destino, que no es otro que "Your sweet and lovely smile", una arrolladora declaración de amor a ritmo de una especie de chachachá bajado de revoluciones. Ya que vamos sobrados de "ch" sentenciamos que estamos ante un final que es toda una chuchería.
Estoy seguro que si por ejemplo una "Memory" sintetizada (dura casi 7 min) e interpretada por Adele sería un éxito global incontestable. Al igual que podría formar parte tranquilamente de la BSO de una de James Bond, de hecho mentalmente me parece percibir el típico arreglo orquestal "tatatatán" como fondo del corte. Y podría estar hasta mañana enumerando las virtudes de Hypnotized, así como las extraordinarias dotes compositivas e interpretativas que va exhibiendo A QUIET MAN disco a disco.
Lleva un ritmo de prácticamente álbum por año y en este torbellino creativo en el que está envuelto es muy complicado mantener un nivel medio notable en las composiciones. No solo asegura eso, sus discos mantienen un listón muy alto durante todo su metraje, sino que además incluyen cada uno varias perlas apoteósicas, haciendo aún más imprescindible su escucha:
Lleva un ritmo de prácticamente álbum por año y en este torbellino creativo en el que está envuelto es muy complicado mantener un nivel medio notable en las composiciones. No solo asegura eso, sus discos mantienen un listón muy alto durante todo su metraje, sino que además incluyen cada uno varias perlas apoteósicas, haciendo aún más imprescindible su escucha:
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