Había una vez un asturiano a la guitarra eléctrica (Luis Rodríguez), un gallego como voz y a los sintes (Abraham Boba), un murciano a la batería (César Verdú) y un aragonés al bajo (Eduardo Baos). No es el comienzo de un chiste, es la alineación de una de las bandas más tremendas del panorama estatal actual. En marcha desde el 2012, con dos EP's y tres álbumes de estudio, LEÓN BENAVENTE confirman su estado de gracia con Vamos a volvernos locos (Warner Music Spain, 19).
Con un arranque de trabajo como "Cuatro monos" poca duda cabe que lo que viene se presenta enorme. Seis minutos incontestables, un tempo increscendo; con una primera parte delicada, fraguando la inminente erupción del volcán. A partir de su ecuador rebosa toda la lava de contundencia de la banda, con el repertorio kraut psicodélico que nos tiene acostumados cuando se nos desmelena. Una canción que serviría perfectamente como carta de presentación para quien no los hubiera escuchado hasta la fecha, tanto musicalmente como por su lírica.
El medio tiempo turbador "Amo" cuenta con la colaboración de Eva Amaral en su marcial estribillo. Poso hip-hopero, rotundos acordes guitarreros y ciertos aires orientales revoloteando por ahí. Le sigue "No hay miedo", la primera propuesta del trabajo que hará que te contornees. No podrás dejar de corear la frase titular en su estribillo, pide a gritos ser bailada en concierto.
El que fuera primer avance del disco "Como la piedra que flota" (clip al final del post) junto a María Arnal, conteniendo entre su letra la frase con que se da título al mismo. Inquietante y arrebatadora, con un desarrollo sinuoso, propio de las relaciones sentimentales a las que refiere.
A "La canción del daño" hay que darle de comer aparte, maravillosa y agridulce como ella sola. Hacia el minuto 3:30" parece que vaya culminando hacia el desboque aunque en una finta inesperada vuelva a recuperar su aparente languidez. No sabía decir si reconforta o remueve, quizás ambas cosas.
Cuando LEÓN BENAVENTE sueltan al crápula que llevan dentro es inevitable, pasa lo que pasa y "Ayer salí" es su crónica, con efectos secundarios incluidos. Otra bestia de corte de Vamos a Volvernos Locos que en directo mostrará sin filtro todo su salvajismo.
El lado más amable del grupo sale a relucir en "Mano de santo". Miren Iza (TULSA) pone la guinda a los coros de un tema con bases percutoras y resultado final más que reparador. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta su título. En cambio "Disparando a los caballos" es puro salvajismo, volviendo al símil con su nombre, corceles totalmente desbocados. La caja de ritmos se funde con una contundente batería a modo de combustible para un corte brutal.
La animosa "Volanto alto" con su deje rap-rock latente nos conduce a un final cautivador. "La vida en directo" es otro de aquellos momentos en los que se demuestra que una banda es especial. Capaces de lo más incendiario y de lo más delicioso, en este caso instalados en lo segundo.
Decíamos en la reseña del anterior "2" (Warner, 16) que LEÓN BENAVENTE se gastaban una crudeza elegante como uno de sus rasgos diferenciales. Y así siguen, con ese poso agridulce que cimienta sus composiciones, junto a una actitud canallesca, acrecentada especialmente en sus incendiarios directos.
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