ÚLTIM CAVALL son en la actualidad Rafa Monzó (guitarras y voz), Francesc Pascual (batería), Jacob Serra (guitarras) y Toni Jordán (bajo). Alaska (Discos de Kirlian, 19) es su segundo álbum después del estupendo Records de Kyoto (2017) y tercer trabajo contando su no menos brillante EP debut Últim Cavall (2015).
Ya nos habían conquistado pero con Alaska van un paso más allá, erigiéndose definitivamente o al menos así debería ser, como referentes destacados dentro del panorama dream-pop y shoegaze estatal.
Alaska empieza muy al modo post-punk melódico, rozando el new-wave. Con dos cortes que, por sonoridad, parecen primos hermanos. Desde el minuto 0 se nota que el peso de los sintes ha aumentado respecto a sus anteriores referencias, acrecentado el halo luminoso omnipresente en todo el álbum.
Tanto en "Els llacs" como en "Incendi" (clip insertado al final del post), se crea una hermandad guitarra/sinte tan indesoluble como efectiva, generando un inicio de trabajo incontestable. En el segundo corte además los teclados adquieren tal nivel ensoñador que pueden provocar adicción sin retorno, aviso a navegantes.
Con "Tornar a casa" regresa, nunca mejor dicho, la seña de identidad dream-pop de los barceloneses. Una preciosidad de medio tiempo, nostálgico, con un desarrollo que hará que durante su escucha no se pueda borrar medio sonrisa de complacencia de tu cara.
"Tard", con unas guitarras magnéticas que son puro nervio y a la vez puro regocijo, conformando el corte más extenso del metraje y a la vez uno de los más adictivos. Para llegar al tema titular justo en su ecuador, buen momento para disfrutar de la esquisitez de sus notas. En "Alaska" topamos con un duelo fratricida entre la calidez de su sonido y el gélido entorno por el que transcurre.
Alaska empieza muy al modo post-punk melódico, rozando el new-wave. Con dos cortes que, por sonoridad, parecen primos hermanos. Desde el minuto 0 se nota que el peso de los sintes ha aumentado respecto a sus anteriores referencias, acrecentado el halo luminoso omnipresente en todo el álbum.
Tanto en "Els llacs" como en "Incendi" (clip insertado al final del post), se crea una hermandad guitarra/sinte tan indesoluble como efectiva, generando un inicio de trabajo incontestable. En el segundo corte además los teclados adquieren tal nivel ensoñador que pueden provocar adicción sin retorno, aviso a navegantes.
Con "Tornar a casa" regresa, nunca mejor dicho, la seña de identidad dream-pop de los barceloneses. Una preciosidad de medio tiempo, nostálgico, con un desarrollo que hará que durante su escucha no se pueda borrar medio sonrisa de complacencia de tu cara.
Foto de Cristina Casas. |
"Tard", con unas guitarras magnéticas que son puro nervio y a la vez puro regocijo, conformando el corte más extenso del metraje y a la vez uno de los más adictivos. Para llegar al tema titular justo en su ecuador, buen momento para disfrutar de la esquisitez de sus notas. En "Alaska" topamos con un duelo fratricida entre la calidez de su sonido y el gélido entorno por el que transcurre.