LU ROIS es una cantante, pianista y compositora de Sabadell (Barcelona) que debutó en 2014 con el disco Camí del far, luego vendría el EP Cau de lluna (2016) y el segundo largo, Clarobscur (2017). Piano y voz extremadamente personal, con esa especie de vibrato adicional marca de la casa provocando que, en muchos pasajes de su trabajo, se convierta en segundo instrumento.
En Microcosmos (Bankrobber, 2020) el proyecto se agranda con la colaboración de la teclista Laia Vallès y el guitarrista Santi Careta. Con ellos la sonoridad aumenta si cabe su nivel ensoñador, etéreo. Extrapolando estaríamos a medio camino entre el new age del "Hugh" de los Nightnoise o el "Close Cover" del gran Wim Mertens y el folk intimista del Mystery of Love de Sufjan Stevens. Todos con un nexo fundamental, sensibilidad y emotividad a flor de piel, además en este caso sazonados con la peculiar voz de LU ROIS.
Foto de Mònica Bedmar |
"Microcosmos" como término se define como el contemplar al ser humano como un mundo completo en sí mismo, como un universo a escala. Pues bien, en el caso de LU ROIS ese "Microcosmos" gravita sobre la maternidad y todas las emociones derivadas de tan prodigiosa experiencia.
La instrumentación parece milimétricamente calculada para que, siendo más bien escueta, resulte exquisita, con texturas y ambientes tan sugerentes como balsámicos. Si a modo de muestrario escogemos los tres singles avances del álbum, comprendemos la apertura del abanico sonoro de la actual LU ROIS. "L'Univers als teus ulls", con esas cálidas cuerdas a modo de caricia vistiendo un corte maravilloso. La sorpresa del conjunto "Andròmeda", con la colaboración de Edi Pou (Za!) y Sara Fontán, mutando hacia el sutil baile gracias a su base rítmica junto a unas cautivadoras pinceladas arabescas. Y "Candor" (videoclip insertado a final de post), agridulce, navegando entre la añoranza por el ausente y la acogida de una nueva luz que ilumine tu vida. La parte "dulce" gana por goleada, acrecentando la placidez que transmite.
Es un álbum para escuchar a fuego lento, a poder ser con auriculares. Sin prisas y hasta el final, no hay desperdicio alguno, todo es puro delicatessen.
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