Publicando discos desde el 2009 Fabio Vega, oséase A QUIET MAN, vuelve a la carga con ya su novena referencia, el espectacular "Staring at the Dark" (2021). Si haces la cuenta de la vieja te sale casi a álbum por año y es que la hiperactividad compositiva del residente en La Ràpita (Terres de l'Ebre) resulta tan inusitada como eficiente en el resultado final de cada uno de sus trabajos.
La temática del trabajo es el amor, como viene siendo habitual en el artista, en esta ocasión más desde la perspectiva de la pérdida o de la parte más complicada de las relaciones y sus fatales consecuencias.
Rítmicamente A QUIET MAN sigue la senda confirmada en su anterior From the Sea (2018) de inyectar gran poso electrónico a sus elegantes composiciones compendios de texturas smooth jazz y soft rock.
Staring at the Dark arranca bien explícita sobre su contenido conceptual con "Ich Hasse Dich" manifestando, hasta en cinco idiomas distintos (inglés, francés, castellano, catalán y alemán en el título) lo siguiente: <<Te odio, hoy te odio más y más Te odio, te odio más que ayer Te odio más y más cada día Pero te sigo amando Isabel>>. Esa base de percusión cadenciosa, esos arpegios, riffs de violines, la misteriosa paradiña rondando el cuarto minuto y la sugestiva voz de Fabio conformando un inicio de trabajo incontestable.
¿Bailas? Puedes hacerlo con "Long Ago", eso sí, con lágrimas en los ojos. Su omnipresente y adictivo loop de sintes, las escuetas pero sentenciadoras notas al piano y su electrónico desarrollo completan otro espléndido corte.
|
Foto de Erica Puigcerver |
La intensa y redentora "Blame On Me", al menos en apariencia ya que al final hay un giro inesperado de los acontecimientos: <<...Blame on me And I blame on you (Mi culpa y te culpo a ti) >>. Hasta que llega "Hold Me Tight" y entonces no queda otra que dejar que hable tu piel. Maravillosamente desgarradora, épica, uno de los momentos cumbres en la carrera de A QUIET MAN hecho canción. Con su primoroso despliegue vocal, melódica estrofa, estremecedor estribillo y unos coros fantasmales como guinda a un pastel más que delicioso.
La sugerente "Travelling" está hecha para contornearse, quizás junto al motivo de la búsqueda descrita en su lírica. Sus hechizantes siete minutos dan para mucho, la mayoría instrumentales, todos disfrutables.
Si el anterior corte lo pasábamos viajando quizás nuestro destino fuera China, o al menos eso parece indicar el halo oriental que desprende la conciliadora "Excuse Me". Seis minutos y medio de absoluta placidez, muy jazzística, con ese bajo bien protagonista como bandera.
La súplica en forma de hit dance "Come Closer" te hará, si o si, mover tus caderas, en otro de los momentos top encantadores de un Staring at the Dark que gana, aún más si cabe, con cada escucha.