Bonitx (léase como "Bonite") nos desarmó con su revisión del synth-pop 80's fusionándose con elegantes trazos de guitarra eléctrica y exquisito empleo de la caja de ritmos junto a un sutil autotune. Todo ello tenía cabida en su espléndido debut discográfico homónimo publicado justo hace un año. Volviendo al presente, Edu Rubix vuelve a agitar nuestro tímpanos dándole una vuelta y media a su sonido con su nuevo álbum Soft butch (El Genio Equivocado, 2022).
Ahora el R&B y funk son los ritmos jerárquicos con una guitarra más protagonista que en la anterior referencia de la barcelonesa. Las experiencias vitales acumuladas e inquietudes como persona no binaria siguen siendo el lienzo sobre el que desplegar su deslumbrante talento compositivo. Esta vez pero, desde una vertiente más empoderada y rehabilitadora, como si con el primer álbum hubiera limpiado su aura de inseguridades y desasosiegos.
Un cálido riff de guitarra nos abre la puerta a Soft butch con "Tan sola" y Edu jugando al despiste en lo que se refiere a la temática, sería algo así como la excepción que confirma la regla del conjunto. Su corte más apesadumbrado, con las secuelas de una ruptura sentimental como leitmotiv de tres minutos y medio en los que con una guitarra, caja de ritmos y fina utilización del autotune, es capaz de noquearte en el primer asalto.
El lado machito del "varón", qué poco me gusta ese término, tiene su protagonismo en "Cosas de chicos". La guitarra vuelve a hacer de las suyas con esa sugestiva cadencia y como base el amparo imprescindible de los ritmos surgidos de Roland 808. Le sigue "¡Mírame!" y ese grito reivindicando una atención que creemos tiene sobradamente ganada. A modo de canto se sirena su <<Bae, me vas a mirar. Y me vas a querer tocar>> se quedará adherido a tu subconsciente. Más spoilers, el break de su tramo final es puro terciopelo.
Durante "Nunca te quise besar" BONITX repite, a modo de mantra, quince veces su título. Adictivos rasgueos funkies de guitarra, junto a una potente caja de ritmos y mágico tratamiento de las voces, vuelven a conjurarse a modo de trío sentimental. Las solemnes notas de sintes actúan de improvisada carabina.
El elegante neo-soul de "Déjate ver" nos invita a pasar página, superar malas experiencias en un ejercicio de resiliencia presente en gran parte del álbum. Quizás alguna de esas "malas experiencias", en este caso sentimentales, tuvieran que ver con la interpelada en "Vete con alguien normal".
"Vas a acordarte de mi" es otra muestra del nuevo enfoque en la lírica de BONITX, de la importancia de la autoestima. Algo que debería ser natural, fluir con cada aprendizaje vital, pero que tanto nos cuesta mantener a niveles saludables. Hablando de "niveles", el de sensualidad sigue bien alto con ese acogedor R&B que invita incluso a un apasionado baile.
Valorar la diferencia, lo original, sin estar pendientes de "likes" o otras pamplinas, como Edu relata en "Dame tu tiempo", siempre es bien. Y así, como quien no quiere la cosa, llegamos al tridente final de cortes de Soft butch. "No me mires, hetero" arranca este cierre con acordes de guitarra acústica a modo de bossa-nova junto a unos chasqueos de dedos nos acompañan hasta que en el segundo minuto un festival de caja de ritmos se une a esta, desgraciadamente aún necesaria, reivindicación anti-homofobia.
"Mientras duermes" es durante su mayor parte una bacanal de vocoder y autotune, sin más que añadir, en manos de BONITX suficiente para conformar un dulce y evocador tema.
Despedimos Soft butch con la maravillosa "Nada al final es para siempre", balada soulera de esas para bailar bien agarrao. Exquisita, reconfortante, broche de oro para un álbum delicioso.
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BONITX ha publicado recientemente un cortometraje fusionando las canciones "Tan sola", "Déjate ver" y "Vas a acordarte de mí". Puedes disfrutarlo a continuación>
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