La banda liderada por Joe Strummer (nacido en 1952 en Ankara -Turquía- donde su padre ejercía de diplomático británico) y Mick Jones (nacido un año después en Londres), con su tercer álbum publicado el 14 de diciembre de 1979, entran por la puerta grande en el Olimpo de los jefes musicales. Aquellas navidades de 1979 las vitrinas de las tiendas de discos fueron ocupadas por THE CLASH y los PINK FLOYD con el disco "The Wall", otro clásico. Paradójicamente, aunque musicalmente nada tienen que ver, ambas obras abordaban temas sociales y políticos de interés, tanto para su generación como para las anteriores.
Vayamos por partes, THE CLASH es uno de los grupos esenciales surgidos del punk, originada a finales de los años 70's, con dos rasgos diferenciales de otras formaciones coetáneas como los SEX PISTOLS o RAMONES, que se caracterizaban por su simplicidad musical y nihilismo lírico. El primero es que incorporaron magistralmente estilos diversos como el reggae, rock, rockabilly, ska, rhythm and blues, jazz, hardcore, funk y dub, entre otros variados, dentro de su repertorio. La segunda es que lo hacían desplegando un sentimiento de rabia y rebeldía política, con una marcada ideología de izquierdas y reivindicación social y política. Activos diez años, desde 1976 hasta 1986, la banda dejó profunda huella en la historia de la música moderna.
Volvemos al 1979, la conservadora Margaret Thatcher acaba de tomar posesión como primera ministra del Reino Unido. La conocida con el apodo de "La Dama de Hierro" aplicará una agenda de privatizaciones y recortes sociales a saco. Aunque los THE CLASH ya llevan publicados de dos discos esenciales para el género, como son el homónimo The Clash (1977) y el Give'em Enough Rope (1978), siendo uno de los pilares de la explosiva escena punk británica, están muy lejos aún de gozar del éxito popular necesario para tener garantizada una subsistencia económica. Tampoco tiene pinta de que el propio movimiento punk deba sobrevivir comercialmente y la Thatcher bien parece encarnar la representación material de su derrota.
Con este panorama, más bien poco alentador, el cuarteto británico completado por Paul Simonon al bajo y Topper Headon como batería, se apuntan a una huida hacia delante publicando un doble álbum, icónico ya desde su portada, con foto del bajista Simonon destrozando contra el suelo su instrumento. Además adoptaron en el título del disco la misma tipografía que el disco debut del ELVIS PRESLEY. En London Calling THE CLASH confirman el despliegue del arsenal de géneros musicales conformando un caleidoscópico mural sonoro al servicio de su habitual lírica contestataria. Un disco que tiene un hilo conductor, la derrota, donde los protagonistas de las canciones son los perdedores
El título del tema inicial (videoclip insertado a pie de página) que también da nombre al disco, fue inspirado en los llamamientos que transmitía la BBC durante los bombardeos alemanes en la capital del Reino Unido en la Segunda Guerra Mundial (“This is London calling…”, “Esto es Londres emitiendo…”). Se transformó en eso, la llamada desesperada de una generación.
El rockabilly de "Brand New Cadillac" es una versión de la canción de 1959 originaria del cantante también británico Vince Taylor. Viene por orden seguida del encantador swing de "Jimmy Jazz".
En la canción "Hateful" se trata el poder destructivo de la droga, especialmente inspirado por la que era reciente muerte del bajista de SEX PISTOLS Sid Vicius, amigo de Joe Strummer. Luego vendría la fresca fusión reggae/ska de "Rudie Can't Fail", que nos habla de los Rude Boys, la primera generación de ingleses nacidos de padres procedentes de Jamaica y que a menudo eran víctimas de la xenofobia y el acoso policial.
Llega el power-pop de "Spanish Bombs", homenaje a la resistencia del bando republicano en la Guerra Civil Española donde se nombra también al gran Federico García Lorca. Aquí el vínculo sentimental de Strummer con Granada se nota y mucho.
El rhythm and blues de "The Right Profile" tiene como protagonista al actor norteamericano Montgomery Clift con letras que nombran su accidente de coche y el posterior abuso de alcohol y drogas. El tiempo que va desde su accidente en 1956 hasta su muerte en 1966 fue conocido como "el suicidio más largo de la historia de Hollywood". Realmente Strummer la dedica de forma encubierta a su productor Guy Stevens, adelantándose a su muerte por sobredosis de fármacos sólo dos años después de la grabación de London Calling.
No hay comentarios :
Publicar un comentario