Julen Alberdi (guitarra), Andoni de la Cruz (voz y guitarra), Alberto Eguíluz (bajo) y Jangitz Larrañaga (batería) son VULK, banda que tras cuatro años desde su anterior lanzamiento vuelven al candelero discográfico con Vulk Ez Da (Montgrí, 2022). Lo hacen con cambios sustanciales; consumándose el relevo a la batería del anterior miembro Javier Marco por Jangitz, canjeando su alternancia del euskera con el inglés por la presencia total del primero e inyectando una mayor dosis de crudeza y poderío a su propuesta post-punk.
Que el disco se grabara en analógico en Atala Estudioa (Beri, Navarra) por Íñigo Irazoki (BELAKO, AINARA LEGARDON) con el cuarteto tocando al unísono, seguro tiene mucho que ver en la transmisión de ese plus de energía al que hacemos referencia. Todo al servicio de unas letras que exponen retales de convivencia inherentes a la condición humana, sin filtros, desde una afilada objetividad.
Canciones adictivas como el arranque, nunca mejor dicho con ese sonido de motor de fondo añadido, "Hamar Lagun Baten Kontra" (Diez contra uno). Percutoras como el bajo en "Amodioa Kartzelan" (Romance en la cárcel), con la sorprendente complicidad de unos vientos arrolladores. Hablando de bajo, su riff en "Gaua Eta Odola" (Noche y sangre) tampoco es cojo, junto a unos arrebatadores cambios de ritmo rondando el 2º y 4º minuto del metraje. A que, para recovecos los de "Mailua" (El martillo), comprimidos en el que es el medalla de plata de los cortes más breves del conjunto con sus sugestivos 2 minutos y 8 segundos de reloj.
El vivaracho riff guitarrero de "Laguna" (Amigo) nos acompaña al cierre de la cara A del LP con el amor fraternal por bandera y unos paros en su desarrollo, como para permitirnos coger aire ante lo que nos queda por escuchar.
La inquietante "Militantzia Sutsua" (Militancia apasionada) con 6 minutos y medio donde pasarse del idilio inicial entre el bajo y la percusión a su explosivo ecuador. Luego se avanza soltando lastre hasta acabar vacíos, exhaustos, pero gozosos tras ser testigos de uno de los cortes más abrumadores del trabajo. Prácticamente viene hermanada con "Agurra"(Despedida) y ese hipnótico trabajo de las voces.
Las canciones de VULK son de una complejidad evolutiva inusitada y "Etsai, Orpoan" (Enemigo pisando los talones) es buena prueba de ello. Nos podemos encontrar con atmósferas sombrías kraut rompiéndose los piños con flashes new wave o prácticamente pop, sin olvidarnos de ramalazos punkorros varios, pura locura.
"Lanaren Kanta" (La canción del trabajo) nos pone delante del espejo de nuestro maravilloso sistema económico que nos aboca a vivir para trabajar. Lo hace con unos ritmos cadenciosos, bien brincables, pidiendo bolo a grito pelao. Pero no es de extrañar, VULK son una banda con el ADN impreso de concierto, sudor y cervecita.
Bajamos la persiana a "Vulk Ez Da" (Vulk no es) con el corte que le da título. Guitarras afiladas, batería taladradora, bajo punzante, Andoni a la voz desatado... Enormes, contundentes, VULK en estado puro. Cerrando la página hemos insertado su videoclip con la banda en su hábitat natural, tocando en directo.
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