Desde su álbum del 2013 Lost, incluido, todas las portadas de los lanzamientos del productor y compositor de música electrónica Anders TRENTEMØLLER se han teñido de blanco y negro. De hecho siempre la oscuridad, el negro, ha mandado en los ambientes y sensaciones que nos transmite el danés. En su sexto disco de estudio Memoria (In My Room, 2022) empezamos a advertir algo de blanco, pero sin hacernos demasiadas ilusiones, Anders es Anders. Aún así parece que los nubarrones escandinavos tienden a disiparse o al menos darnos una tregua en algún que otro lance de este trabajo. A lo mejor ser padre de un niño de dos años haya tenido algo que ver en ello y del significado conceptual de la "Memoria" como nexo de unión de las 14 canciones que componen su más reciente obra. TRENTEMØLLER, como todos, se va haciendo mayor, ahora también con responsabilidades familiares, por lo que el ejercicio reflexivo de mirar hacia atrás (memoria de largo plazo), pero también para avanzar en la vida (memoria de corto plazo), puede hacerse imprescindible.
Coincidiendo con la referencia que hacía en el anterior párrafo sobre Lost (In My Room, 2013), desde ese trabajo el danés ha ido virando hacia terrenos dark wave y post-punk 80's. Con Memoria sigue añadiendo elementos más eléctricos que electrónicos a su propuesta, con texturas ampliando su tendencia hacia el dream-pop y el shoegaze.
"Veil of White" abre el melón con unos cálidos acordes de guitarra dándonos la bienvenida junto a la arrulladora voz de su pareja y colaboradora habitual en los últimos tiempos, Lisbet Fritze (cantante y guitarrista de la extinta banda Giana Factory). Un corte tan sedante como bello, una entrada flotando entre nubes hacia el universo emocional de TRENTEMØLLER.
La belleza de "No More Kissing In The Rain" (videoclip insertado a pie de página), mi preferida del disco, hace que nos derritamos del gusto. Dream-pop de alto copete, todo un clásico instantáneo en la carrera del danés con esas múltiples capas de sintes sirviendo en bandeja de plata la melodía, una base cadenciosa, ese bajo, la voz de Lisbet... pura maravilla.
La instrumental "Darklands" de entrada no puede resultar más explícita en su título, aunque lleva sorpresa. Si fuera cantada diríamos que la "estrofa" si que nos arrastraría hacia esas "tierras oscuras" a las que hace referencia, pero luego el ultra melódico "estribillo" nos rescataría para ponernos completamente a salvo.
Con "Glow" nos encontramos ya bien instalados en esos terrenos plácidos a los que nos trasladaba la parte más "amable" del anterior corte. Electrónica percutora marca de la casa acompañada por vaporosos rasgueos guitarreros y un señorial riff entrando a partir del minuto 1:16". Todo el empaque en sutil in crescendo, con equilibrio perfecto entre crudeza y ritmo.
"In The Gloaming" fue el primer avance del álbum, la pista más inmediata del trabajo. Ensoñadora, sugestiva a más no poder, con un hipnótico riff de sintes marcando bíceps durante la travesía. Otra perla, vamos.
"The Rise" muta en su segundo minuto de inquietante a claustrofóbica coincidiendo con el aumento exponencial de sus BPM. Mientras "When the Sun Explodes" nos envuelve en un manto de relativa placidez con su arrebatadora y etérea electrónica. Para cerrar este tridente de instrumentales, también la considero así pese a sus escuetos coros, nos llega el bajo sentenciador de "Dead Of Alive". La cargante percusión, su turbadora distorsión, las voces fantasmales y los centelleantes sintes completan un corte tremendamente sugestivo.
Un riff de guitarra es el armazón sobre el que se sujeta la dulce melancolía de "All To Soon", otro himno dream-pop a la saca de Anders. Recuperamos ese aire enigmático que suele venir de la mano del danés con el ambient balsámico de "A Summer's Empty Room" y una guitarra muy a lo Twin Peaks de Baladamenti.
Con la opresiva "Swaying Pine Trees" nos adentramos en un denso bosque de electrónica 100% TRENTEMØLLER, quizás repleto de esos pinos a los que hace referencia su título. Menos mal que llega la ensoñadora "Drifting Star" para reconfortarnos con unos centelleantes sintes abrazando esas lánguidas notas de guitarra.
Vuelve el dream-pop en mayúsculas con "Like A Daydream", transmitiéndonos serenidad y esperanza, como la del libro de literatura infantil al que se hace referencia en su letra "The Garden of Hope", venciendo la aflicción y encontrando la belleza y la paz a través del cuidado de un jardín, en este caso sonoro.
"Linger" quizás nos invite a eso, a "persistir". Recogiendo el guante del concepto de la "memoria", ¿porqué no procurar recrear recuerdos positivos para traspasarlos hacia el presente y el futuro, influyendo de manera provechosa en nuestros actos y experiencias? El vestido es una instrumental que cierra de manera preciosista un álbum enorme.
Gózalo con la "Memoria" de TRENTEMØLLER>
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