Roger Torrent (voz, teclados y guitarra acústica) y Víctor Juan (guitarra eléctrica y acústica) son los primos hermanos que componen ÓS BRU. Valldeboira (The Indian Runners, 2022) es su tercer disco y con él culminan la incorporación de la electrónica como elemento indispensable dentro de su receta de folk-rock ensoñador que nos vienen regalando desde 2013. El resultado no podía resultar más satisfactorio ya que el poder de sugestión intrínseco en los barceloneses alcanza niveles estratosféricos en este trabajo, a lo que se le agrega el aspecto conceptual del mismo, con un mágico arte a cargo de la ilustradora Maria Padilla. En Valldeboira aprovechan, a través de las vivencias de los habitantes de un pueblo imaginario, para reflejar las incertidumbres, recuerdos, penas y alegrías propias de la vida real.
"Origen" nos da las llaves de la villa para que podamos adentrarnos a través de su densa niebla de magnética electrónica, con un tratamiento de las voces a modo de Miserere digital que nos depure de nuestros vicios e imperfecciones. Hasta que bordeando su ecuador nos sorprenden unos monumentales sintes a lo Jean-Michel Jarre para seguir, ya purificados, en compañía de los coros y la voz de Roger hasta el final de este arrebatador corte.
Foto de Felipe Pérez Soler |
La melancólica "Vals de bressol" relata la vida cotidiana en este municipio ficticio, el relato agridulce de un lugar que parece detenido en el tiempo. El clarinete se manifiesta como el mejor amigo de las guitarras en una hermosa estrofa contínua que no quisiéramos que acabara jamás. Rondando los dos minutos aparece una tentativa de estribillo pero enseguida se disipa, quizás como la misma niebla que acompaña la existencia de los lugareños.
Seguimos en terrenos embelesantes, ya aviso de que en rara ocasión los abandonaremos durante la escucha, con "L'home de cristall". El tratamiento de las voces sigue siendo uno de los aspectos destacados en Valldeboira, aquí asociándose a las guitarras, bajo, sintetizadores y una trotona batería especialmente protagonista. En su ocaso un coro ruso ejerce de singular guinda.
Cuando me refería al complejo trabajo vocal del disco éste alcanzaría el sumun, a nivel de experimentación y como desenlace de fascinación, con el corte "Boira". Dos minutos que hay que oírlos para creerlos, no digo más.
Llegamos al momento más pop de Valldeboira con la delicadeza de "Pakamuli" y la trompeta como artista invitada. Los arpegios guitarreros nos acompañan en un recorrido no exento de dudas y misterio, pero con la seguridad de que con una banda sonora como ésta nada podrá salir mal. El sutil cambio de ritmo hacia el segundo minuto y medio culmina otro tema maravilloso.
La vivaracha "La cova dels formatges" arranca la segunda parte de Valldeboira con la espeleología confraternizándose con la pura glotonería. Un break que rebaja la intensidad emocional que habíamos respirado durante la primera mitad del disco. Seguimos juguetones gracias a la progresiva y bucólica "Akelarre", con su deslumbrante desarrollo y embrujadores coros, nunca mejor dicho teniendo en cuenta la temática del corte.
Entramos en el tridente de canciones final con la inquietante synth-wave "Gestació", cumbre electrónica del álbum. Le sigue la exquisita y sosegada instrumental "Naixement", con los teclados como protagonistas. Finiquita Valldeboira la reconfortante "Ball de boira", y lo es tanto a nivel rítmico como lírico: <<Esvaïu les pors, seguiu el meu compàs. Amb el ball de boira veureu sortir una altra llum / Desvanece los miedos, seguid mi compás, con el baile de niebla veréis salir otra luz>>. El auto-tune que asoma la cabeza en el último tercio de corte, emulando un instrumento más, es otra de las genialidades que contiene este enorme trabajo.
Disfruta de los paisajes sonoros de Valldeboira de ÓS BRU>
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