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viernes, 24 de marzo de 2023

"Memento Mori", ¿el último baile de los DEPECHE MODE?


DEPECHE MODE desde el Playing the Angel (2005) habían lanzado 3 álbumes a cual menos trascendente, con sus correspondientes giras mundiales además de publicación de cajas recopilatorias de singles, remixes, reediciones etc. Parecía que lo que se pretendía, más allá que crear nuevo material relevante, era mullir bien la vaca mientras haya fans con poder adquisitivo suficiente como para gastarse la pasta con todo lo que huela a la banda de Basildon.

Tras el duro golpe del fallecimiento de Andy Fletcher en mayo del año pasado se llegó a especular sobre la continuidad de la banda. Si además sumamos que los otros dos miembros fundadores, Dave Gahan y Martin L. Gore, ya entraron en la sesentena y que tienen proyectos en solitario paralelos al grupo, no era descabellado que flotara en el ambiente un posible punto y final. Pues por el momento va a ser que no ya que tras 6 años desde su anterior referencia, ha visto la luz el decimoquinto álbum de los Depeche, Memento Mori (Columbia Records, 2023).


Los avances del disco eran ilusionantes con la pegada del medio tiempo electrónico "Ghosts Again" (videoclip insertado a pie de página) y la crudeza arrebatadora de "My Cosmos is Mine". 

He de reconocer que la primera impresión tras la escucha de Memento Mori fue de decepción ante lo que parecía una nueva oportunidad perdida de los británicos de presentar un álbum con calidad de acorde a su leyenda. Luego, con las siguientes degustaciones, ese sentimiento ha ido derivando inusitadamente hacia terrenos más condescendientes de acorde a un análisis más sereno y contextualizado del conjunto del trabajo. 

El fichaje de la ingeniera italiana Marta Salogni echando una mano al productor James Ford, que también lo fuera del Spirit (2017), junto a la incorporación al equipo del cantante de los THE PSYCHEDELIC FURS Richard Butler para componer mano a mano algunos de los temas de Martin, han aportado con su grano de arena en pos de cambiar la dinámica discreta en lo compositivo de esta última época de DEPECHE MODE. 

Memento Mori es el mejor disco de calle de los británicos desde el mencionado Playing the Angel con momentos memorables como los dos cortes mencionados anteriormente; el ligero kautrock de "Wagging Tongue"; la hermosura desgarrada de "Don't Say You Love Me", que bien podría haber salido perfectamente de una nueva colaboración de Dave Gahan con los SOULSAVERS; "Soul With Me", ese conato de canción ligera disfrazada de balada marca de la casa interpretada por Mr. Gore; y la tan sentimental como desarmante "Always You", con unos mantos de sintetizadores que parecen ejercer de perfecto edredón bajo el cual dar rienda suelta a la pasión más desatada.

Poniéndonos quisquillosos creo que el álbum reducido a 10 canciones exhibiría aún más músculo. Hubiera descartado la desconcertante "Caroline's Monkey" y su dudoso estribillo con un <<sometimes>> que nos evoca al del "Clean" de Violator (1990). También la frankestein "People Are Good", pese al sugestivo riff de sintes, parece como hecha de retales con loops célebres de la banda, empezando dichas reminiscencias por su título, con resultado global excesivamente aséptico en relación a sus compañeras de reparto.

Del resto de las pistas que componen Memento Mori hay algo común en mínimo tres casos y es que teniendo un potencial estratosférico no alcanzan por detalles la matrícula de honor: "My Favourite Stranger", "Before We Drown" y "Never Let Me Go". La primera, con esa imperial e hipnótica línia de bajo sintético, demandando desesperadamente un estribillo o break que le ponga el lazo de regalo. A la segunda le falta un extra de riesgo y aventura, quizás un Alan Wilder hubiera culminado el proceso. En el tercer caso el puente tras la primera aparición del estribillo deja tocado a un corte que apuntava maneras, aunque consiga rearmarse gracias al embrujo constante de esas afiladas guitarras procesadas .

jueves, 16 de marzo de 2023

GRAUWI + MARTA CASCALES - “Contradictions” (EP Great Canyon, 2023)


¿Qué nos podemos encontrar en Contradictions (Great Canyon, 2023), el debut discográfico como dueto de GRAUWI + MARTA CASCALES? Ante todo belleza, aquella que emana del talento pero sobre todo de la sensibilidad y compenetración, de las que van sobradas las barcelonesas Carla Gimenocantante del grupo indie-rock The Crab Apples, y Marta Cascales Alimbau, pianista neo-clásica con gran proyección internacional que ha publicado sus trabajos en la discográfica neoyorquina Sonder House.

Se conocieron durante un evento en 2019 y desde entonces su conexión ha ido progresando hasta llegar al punto de tener 6 canciones compuestas conjuntamente y poder plasmarlas en un Mini-LP. Dani Ferrer (Zahara, Love Of Lesbian) ha colaborado en la producción inyectando pinceladas de electrónica y atmósferas varias, poniéndole el lazo de regalo a un exquisito trabajo.

"Anxiety" arranca Contradictions de manera tan desgarradora como delicada. Se relata un estado de "ansiedad" con honesta crudeza aunque el binomio guitarra/piano resuene lo suficientemente delicado como para transformar la escucha en balsámica.

Foto de Carla Cascales

La canción que da título al álbum despliega miedos y preocupaciones pero también resiliencia, serían esas "Contradictions" de la vida. Nos aguarda una luz potente al final del túnel que bien podrían emerger de las notas del piano de Marta que nos acompañan durante el último minuto del tema. Puedes encontrar su videoclip a pie de página.
  
Seguimos transitando en la misma línia con "The moon, your skin". Hay dolor pero: <<And though this has been what i‘ve done before, today i‘d like to feel for a change, i‘d like to / Y aunque esto ha sido lo que he hecho antes, hoy me gustaría sentir un cambio, me gustaría absorberlo todo y permitirme soñar>>. El violín y violonchelo ponen la guinda a otro exquisito corte. Hay momentos del álbum de tal intensidad emotiva que demandan un esfuerzo supremo de contención del lagrimal. No resistirse sería la mejor opción, incluso terapéutico.

"This song will never be enough" nos da un medio respiro aunque GRAUWI + MARTA CASCALES no cejan en el empeño de conmovernos. Cuando no es con la voz de Carla, lo es con la elegancia al piano de Marta o ambos pilares del proyecto al unísono, lo más recurrente en este Contradictions.

miércoles, 15 de marzo de 2023

DEPECHE MODE, 30 años del demoledor "Songs of Faith and Devotion"

 

El año 1992 fue un año grande para España con acontecimientos de alto calado internacional como las Olimpiadas de Barcelona o la Exposición Universal de Sevilla. Madrid también tenía que albergar su efeméride aunque fuera, digamos, de naturaleza más alternativa.

Martin L. Gore (sintes y guitarra) , Dave Gahan (voz), Alan Wilder (sintes y programación) y Andy Fletcher (sintes), los DEPECHE MODE, tenían un método de trabajo muy claro para la elaboración de cada nuevo álbum: Martin pasaba sus maquetas al resto de componentes que consensuaban las canciones que más les gustaban y a partir de allí se vería como desarrollarlas en el estudio. En el 92 para la gestación de su nuevo disco adoptaron la forma de trabajar que el productor Flood había aplicado con los U2 para el esplendoroso Achtung Baby (1991). La cosa iba de encontrar un lugar apartado para convivir en familia a la par que ir grabando el disco. Se decidió que la capital hispana sería el mejor lugar, montando un estudio desde cero en un chalet de la exclusiva urbanización de La Moraleja.

La gira World Violation, en el que los de Basildon presentaban en directo su exitoso Violator (1990), duró desde el 22/03/90 hasta el 27/11 del mismo año. Desde entonces el cuarteto no se había vuelto a ver, ni prácticamente tener contacto telefónico hasta febrero de 1992 que se reencontraron en un bar de Londres junto a Flood, un día antes de partir hacia la capital española. El frontman Dave había estado de picos pardos en Los Angeles y venía escuálido, con el pelo largo y perilla, repleto de tatuajes, adicto a la heroína y al grunge y rock alternativo de gente como Nirvana o Jane's Adiction. Parecían cuatro desconocidos, la camaradería y buen rollo de antaño se había esfumado y la cosa no iba a ir a mejor. 


Hay muchos ejemplos en la historia de la música de trabajos que han tenido un proceso de grabación espinoso y que finalmente han resultado gloriosos como el Rumours de Fleetwood Mac, el The Wall de Pink Floyd o el Let it Be de The Beatles. Pues bien, el Songs of Faith and Devotion (Mute Records, 1993) les iría a la zaga en un supuesto ranking de gestación "complicada" de discos.

Las tensiones empezaron por el tema estilístico. Dave venía con el antojo de una evolución de los Depeche hacia terrenos más roqueros, aunque nadie más en la banda compartiera su enfoque. Alan era el que menos reticencias ponía al tema ya que tenía el run run de dar un toque más orgánico al empaque, como con la incorporación de la batería convencional. Martin y Fletcher se negaban en redondo, aunque en Violator haya un "Personal Jesus" que quizás dejaba entrever esa inminente tendencia hacia sonidos más viscerales. Como productor e individuo neutral el único que podía poner orden era Flood y eso que apunto estuvo de abandonar el proyecto al verse sobrepasado por las circunstancias.

La responsabilidad tras un disco tan relevante como Violator era máxima, sobre todo para Martin, compositor de todos los temas por entonces, lo que le iba desgastando física y mentalmente, empezando en Madrid a crear amistad con al alcohol para ir sobrellevándolo. Dave, que seguía enganchado al caballo, cuando no desaparecía varios días se pasaba horas encerrado en su habitación, pintando con su rollo místico/lisérgico, para colaborar haciendo las voces en el crepúsculo de la jornada. Alan estaba entre absorto en el trabajo y hasta los huevos del ambiente reinante. Como remate final el binomio Gore (creador) y Wilder (culminador), la engrasada maquinaria que manufacturaba los hits de la banda, gozaban de una comunicación prácticamente inexistente.


Quizás fuera el cúmulo de dificultades lo que les agudizó el ingenio hasta tal punto de ser capaces de lanzar el 22 de marzo de 1993 el rompedor Songs of Faih and Devotion. Un álbum que les posicionó para la eternidad como referentes del rock electrónico y que arranca con el poderío salvaje de "I Feel You" y su riff de guitarra blusera dándose de ostias con una apabullante electrónica. La batería no pone paz sino que echa más leña a este fuego de intensidad sonora que fuera single avance del álbum.

La intensa "Walking in My Shoes", siendo fiel al orden de aparición en el disco, fue también segundo single del mismo. Se pide un poco de comprensión, "ponte en mi lugar", en una letra, como en otros pasajes del álbum, que parece estar inspirada en el momento vital de Mr. Gahan. Ese riff de piano distorsionado, una cadenciosa base de percusión inyectando poso bailable al tema, la guitarra eléctrica que, tanto vomita cuchillas como nos emociona con su embriagador ocaso, los sutiles arreglos sinfónicos... En fin, una barbaridad de corte y llevamos dos de dos.  

"Condemnation" es una de las pistas más sorprendentes del conjunto con esa inesperada deriva hacia el gospel del cuarteto. Se dice que Dave alcanzó su cúspide interpretativa vocal y no puedo estar más de acuerdo. En el videoclip, insertado a pie de página junto a los de los otros tres singles, se le presenta a modo de mesías lo que, junto a su sonoridad, agranda si cabe la aureola espiritual que desprende el álbum. Tercer tema del disco e idéntica posición en su lanzamiento como sencillo. 

En "Mercy in You" se pide prácticamente la absolución de nuestros pecados al ritmo de un loop trip-hopero acelerado como base, junto al procesado armónico de los coros, como si de otro instrumento se tratase, y un tan afilado como fantasmal riff guitarrero. La santísima trinidad sobre la que se cimienta otro acierto del cuartero británico.

Un invitado sorpresa entra en escena en forma de gaita irlandesa con "Judas". Corte desarmante donde los hubiera en el que Martin nos depura definitivamente no sin dejarnos con un regusto inquietante a través de su lúgubre cierre instrumental.

"In Your Room", cuarto single del álbum, deslumbra desde la monumental intro, acompañándonos con su épica hacia el abismo. Supurando desesperación por sus seis minutos y medio de duración, quizás la acumulada en la reciente mala relación entre los componentes de la banda. Hacia el ecuador del tema la sentenciadora batería, a modo de ángel exterminador, intensifica más si cabe su poderío hipnótico, viciando hasta el extremo la asfixiante atmósfera reinante.

Un balsámico gospel entra en escena a través de "Get Right With Me", obsequiándonos con un abrazo más que necesario en este punto de escucha. Dave Gahan junto a las coristas Bazil Meade, Hildia Campbell y Samantha Smith nos deleitan con sus vozarrones vistiendo una sugestiva base electrónica en el corte más "amable" del conjunto. Las dos últimas se unieron al grupo en la gira del álbum.

En la trepidante "Rush" si parpadeas te lo pierdes, con esa barroca producción armada de riffs guitarreros procesados, loops de sintes y batería desbocada. Por si fuera poco asistimos a una sugerente pausa rondando el segundo minuto, para poder coger aire y seguir con esa temeraria travesía de lujuria y deseo cuesta abajo hasta el final.

La nota minimalista del álbum la pone "One Caress", con la voz de Martin secundando un séquito de violines a modo de canto de sirena que nos tiente hacia el precipicio.

"Higher Love" era la canción que abría los conciertos de la gira del álbum, el Devotional Tour. Al halo que desprende, entre etéreo y misterioso, se le añadía que la banda empezaba cada noche agazapada tras unas traslúcidas cortinas. Todo bien dispuesto para hacernos testigos de un espectáculo descomunal, en todos los sentidos. Doy fe al ser una de las afortunadas almas que llenamos el 17 de julio de 1993 el Palau Sant Jordi de Barcelona .

lunes, 6 de marzo de 2023

DAVID BOWIE, 10 años del "The Next Day" (Columbia Records, 2013)


El 8 de enero de 2013 para celebrar su 66 cumpleaños DAVID BOWIE resucita, tras diez años de silencio desde el Reality (2003), con el lanzamiento del single "Where Are We Now?" y anuncio de nuevo álbum, The Next Day. Tras el infarto que padeciera el 25 de junio de 2004 al finalizar un concierto en Scheesel (Alemania), el británico apenas había dado muestras de existencia y menos aún de actividad artística por lo que su reaparición se acogió con gran entusiasmo. No había para menos y la verdad es que el vigésimo cuarto álbum del artista, más aún viéndolo desde la distancia, resultó un retorno esplendoroso.

El álbum fue grabado en secreto en Nueva York desde 2010 a 2012 y producido por Tony Visconti, quien había trabajado anteriormente con Bowie en trabajos como The Man Who Sold the World (1970), Heroes (1977) o Scary Monsters (1980), entre otros.

La portada del álbum, con la versión digamos "censurada" de la del "Heroes" de 1977, delata ya de inicio ese regusto melancólico que, de manera más o menos intencionada, va derramando su escucha. Y eso que su título debería indicar lo contrario, un "el día siguiente" que más parece una declaración de intenciones que una realidad asumida. 


El disco se lanzó oficialmente el 8 de marzo de 2013 y se abre con el garajero tema titular, una mezcla entre canción de empoderamiento con auto-reivindicación incluida y crítica voraz a la iglesia aderezado todo con un provocador videoclip no apto para beatos ni aprensivos. Precisamente el bar de copas dónde se ubica la acción podría ser escenario perfecto para "Dirty Boys", una especie de sucio blues exhalando neblina tabaquera de antro por un tubo, sobre todo durante su estrofa. En el estribillo el binomio saxo y guitarra se destensan un pelín aunque sin desprenderse del todo de su halo depresivo.

"The Stars (Are Out Tonight)" fue el segundo sencillo de The Next Day y mi canción favorita del conjunto. Una barbaridad, con esa línea de bajo cadenciosa, orquestación sutil pero determinante y desafiantes guitarras disparando riffs a diestro y siniestro. Una crítica al famoseo y lo que le rodea con otro videoclip para el recuerdo, lo puedes degustar a pie de página junto a los de los otros sencillos del disco ordenados cronológicamente respecto a sus lanzamientos. 

La letra de "Love is Lost" delata que Bowie se enfrenta a la vejez con una  mezcla entre resignación y espíritu de lucha ante los problemas de salud que venía arrastrando y los que desgraciadamente habrían de llegar en breve: <<Say goodbye to the thrills of life. Where love was good, no love was bad. Wave goodbye to the life without pain / Dile adiós a las emociones de la vida. Donde el amor era bueno, ningún amor era malo. Despídete de la vida sin dolor>>. La intervención del órgano vistiendo su machacón ritmo es de traca. La pista se presentó como quinto single con una deslumbrante versión de James Murphy (LCD Soundsystem), puedes disfrutarla junto a todos los videoclips oficiales que generó este discazo a pie de página.

"Where Are We Now?", la que fuera single presentación del disco, evoca un nostálgico paseo por las calles del Berlín que paseara DAVID BOWIE entre 1976 y 1978. La primera balada del álbum, emotiva, lánguida hasta que en su parte final remonta con ese redoble de batería junto al balsámico solo de guitarra a modo de luz esperanzadora. 


El 14 de febrero de 1929 tuvo lugar lo que se conoce como La Matanza de San Valentín, una  masacre ordenada al parecer por Al Capone. Este podría ser el punto de partida de "Valentine's Day", el que fuera cuarto single de The Next Day, sirviéndole para criticar el uso abusivo y descontrolado de las armas que originan continuas desgracias, como el tiroteo en la escuela que parece protagonizar Valentine en el corte. Estamos ante la canción más comercial del disco y a la vez la más bipolar, al chocar de frente la sombría temática con sus encantadoras notas.        

La poderosa "If You Can See Me" es la pista más experimental del conjunto, descendiente directo del legado noventero de Bowie. Batería desmelenada, guitarras punzantes, bajo hiriente, sintes sentenciadores, una evolución sin frenos que te dejará entre exhausta y complacida.

La neopsicodelia guitarrera hace su aparición con "I'd Rather Be High" con esa guinda en forma de redoble militar de tambor a la vez que el artista vuelve a cuestionarse la mortalidad: <<I'd rather be flying. I’d rather be dead or out of my head / Preferiría estar volando. Preferiría estar muerto o fuera de mi cabeza>>.

El saxo barítono vuelve por sus fueros con el medio tiempo "Boss of Me". En su ecuador aparece un break salvador que nos deja ver, aunque sea momentáneamente, a través de la bruma que envuelve el corte. Mientras, si cruzaras el "Lust For Life" de Iggy Pop con el "Modern Love" posiblemente te saldría algo muy similar a la trotona "Dancing Out in Space", devolviéndonos a la época 80's de Bowie. En la que seguimos instalados con "How Does the Grass Grow?" y unos sintes lapidarios junto a una revoltosa guitarra eléctrica haciendo de las suyas y algo de doo-wop presentando el estribillo como remate final de un corte inspirado en la Primera Guerra Mundial.

Un riff  guitarrero hard-rock presenta la exaltada "(You Will) Set the World on Fire", la misma guitarra que irá un paso más allá con un solo pasado el segundo minuto, por si no tuviéramos claro su afán de protagonismo en este tema.