BELAKO están de vuelta. Cris Lizarraga (voz y teclados), los hermanos Josu (guitarra y voz) y Lore Billelabeitia (bajo) junto a Lander Zalakain (batería) ya tienen quinto álbum en la saca con Sigo regando (BMG, 2023). El cuarteto de Mungia (Vizcaya) lo han vuelto a hacer pero distinto, una vez más emocionando, cautivando pero también sorprendiendo inyectando, aún más si cabe, heterogeneidad sonora a un proyecto, ahora ya sí, imposible de etiquetar.
Su ideología y filosofía de vida siguen inalterables y se muestran cristalinos ya desde "Dump" que arranca el álbum con frases como: <<Here is a thought for all you dumbs. Why don’t you leave us alone, we’ve been too compliant for so long, it was about time we shut your mouths. We speak our truths and yet you find a way to still stand in our way (Aquí hay un pensamiento para todos los tontos. ¿Por qué no nos dejas en paz? Hemos sido demasiado complacientes durante tanto tiempo, ya era hora de que cerráramos la boca. Decimos nuestras verdades y aún así encuentras una manera de interponerte en nuestro camino)>>. Todo esto aderezado con un piano muy protagonista junto a una sección de cuerdas que aterciopelan la contundencia de su mensaje y de los rasgueos guitarreros de Josu.
Foto de Lide Billelabeitia |
Recuperamos el lado más punk del grupo al llegar "Tangerine" con unas guitarras y percusión salvajes, muy de acorde a su contestataria lírica: <<You think I’m impressed, the weight of your foot still all over my chest. My body’s oppressed, a red right fist came from nowhere to be seen (Crees que estoy impresionado, el peso de tu pie todavía sobre todo mi pecho. Mi cuerpo esta oprimido, un puño derecho rojo apareció de la nada y se vio)>>.
La sombría "Saguzarren kanta" con bajo y electrónica marcando el pulso desde el inicio hasta que se unen a la fiesta la guitarra y batería. La voz de Cris luce especialmente pasando sin despeinarse desde el murmullo hasta el grito pelado en otro corte desarmante de los vizcaínos.
El riff del binomio guitarra/bajo en "Flower Trouble" nos teletransporta a los mejores The Strokes, el bajo luego irá transitando por libre reivindicando aún más protagonismo. Su mensaje no es ajeno al panorama social en el que nos toca sobrevivir: <<But personal is politics. How can we not be judgemental when everyone around is going mental (Pero lo personal es política. ¿Cómo no juzgar cuando todo el mundo a nuestro alrededor se está volviendo loco?)>>. Esos coros fantasmales y una especie de sonido de alarma oyéndose por lo bajini culminaran una bestialidad más de pista contenida en Sigo regando.
Seguimos sobrados de sugestión con "Orein Orain", uno de los pocos momentos de calma chicha del álbum. El poso jazzístico y la languidez de los coros compartirán estancia con su progresiva evolución y ese vocoder como maestro de ceremonias en la apertura y ocaso del tema. ¿Quién da más?
La última parte hasta la fecha de la trilogía cetacea "Hegodun Baleak III" resulta la más luminosa con diferencia del pack, arrimándose al pop aunque purule cierto desgarro por entre las notas vocales de Josu. Unos coros ensoñadores le ponen el lazo de regalo.
Cuidado con "Sangre total" (videoclip insertado a pie de página) que pica, pero ya sabes aquello que "sarna con gusto...". Inquietante como ella sola, interpeladora con versos como: <<Y si tengo que ver como me ven los ojos de la gente, tengo miedo de no gustarme pero prefiero no aburrirme. Sólo sé que me divierte verle la cara a quien le escuece>>. Una especie de kraut-rock alucinógeno con Josu y Cris marcándose un fraticida dueto al micro mientras la guitarra y bajo van haciendo de las suyas entrando en una vorágine de deleitoso caos que te noqueará del gusto. Su primera incursión en el idioma de Cervantes no podía ser más arrebatadora.
Nos tomamos un respiro con "Slates" y sus placenteros recovecos para volvernos a activar de golpe con los magnéticos teclados de la cadenciosa "New Light Slates", con un puente que fusiona a la perfección ambos cortes. El segundo puede invitarte incluso al baile con su inapelable flow.
"Pretty Handsome", con una estructura más pop que en la media de las composiciones del grupo, nos acompaña hasta la conmovedora balada con aire acústico "No Tools" y el cierre de Sigo regando, que no podía ser otro que "Aquí sigo regando". Y así lo hacen, así es como la banda va plantando una carrera esplendorosa, regando ese árbol al que hacen referencia en el tema final con influencias sonoras y experiencias vitales, sin rendir cuentas ni buscar el camino más simple, siendo 100% BELAKO.
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