La cantante y guitarrista MAR PUJOL (Prats de Lluçanés -Barcelona-, 1999) tras su debut en 2022 con el EP EP Trepa y algunos sencillos posteriores, lanza ahora su primer larga duración: Cançons de Rebost (Hidden Track Recors, 2024). Un "rebost", alacena en castellano, ocupa un lugar modesto dentro del domicilio, donde no se suele guardar lo más preciado de las posesiones pero sí quizás objetos muy necesarios para el día a día. Así resulta este disco, un trabajo sin artificios pero imprescincible. Reflexivo, austero a la par que elegante, diez canciones vestidas en su mayoria solo de guitarra clásica y voz, con la ayuda a la producción de uno de los gurus del nuevo pop catalán: Jordi Matas. Y es que, inmersos como estamos en la sociedad de la inmediatez y la deshumanización, invertir media hora para la escucha de un contenido tan balsámico como el que nos ocupa conlleva efectos regeneradores.
MAR PUJOL traslada sus inquietudes vitales a una calidez que directamente acaricia, como en "Amor en conserva", el arranque del álbum. Entre sus notas se menciona ese "rebost" y se expone el leitmotiv del trabajo, con los alimentos también como metáfora de sentimientos y experiencias. Enseguida aparece una de las perlas del disco, "Verd avellaner". Delicados arpegios guitarreros enmarcan su poética lírica con versos como: <<Porta'm amb tu on floreixen pessigolles d'herba seca i creuem camp a través / Llévame contigo donde florecen cosquillas de hierba seca y crucemos campo a través>>. Es uno de los cortes donde se identifica más el estribillo, la excepción que confirma la regla ya que Mar suele esquivar la estructura típica del pop.
En "Tots els racons" aparece el violonchelo y unos coros como invitados ocasionales a esta fiesta de la placidez y el sosiego que es Cançons de rebost, inyectando un plus de hechizo a otra delicatessen de la cantautora. Le sigue "Flor de nit", la que fuera primer single avance, con esa sección de cuerda siguiendo dando guerra embelesante, esta vez para musicar un poema de Joan Josep Camacho.
La conmovedora "Ploranera" cierra la cara A del disco con el tema más extenso del trabajo. Cuatro minutos y ocho segundos de unos arpegios que se enredan hasta tejer un manto de la más bella melancolía. Seguimos con "L'hora justa" en zona de altas emisiones sensitivas, es una constante en todo el trabajo. Luego nos topamos con la pista más efímera del conjunto, minuto y medio de una empoderada "Princesa de la sal".
"Per cada u" fue el segundo single del álbum (videoclip insertado a pie de página), un surtido de deseos hecha canción. La menos introspectiva del conjunto, con una leve electrónica que, junto con la temática de la misma, acaba por situarla más allá de la alacena contenedor del resto de cortes de Cançons de rebost.
Con "ìí" nos subimos a un tren, que tal como reza su letra <<...no duu l'or, però duu el tresor / no trae el oro, pero lleva el tesoro>>. Ese "tesoro" que nos regala Mar con el aterciopelado tándem que forman su voz y la guitarra.
MAR PUJOL con "Cabell d'àngel" cierra su delicado Cançons de rebost con otra colección de versos marca de la casa, entre ellos me ha gustado especialmente este: <<Que el mar no té paraules, que el mar, sí, té onades. Que el cel no té miracles, però te el teu cabell d'àngel / Que el mar no tiene palabras, que el mar, sí, tiene olas. Que el cielo no tiene milagros, pero tiene tu cabello de ángel>>. Hacia su ecuador adquiere un aire blusero, despidiendo el disco muy arriba de sugestión.
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