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lunes, 25 de noviembre de 2024

DAN PERALBO I EL COMBOI - "Dan Peralbo i El Comboi" (Montgrí, 2024)

 

DAN PERALBO I EL COMBOI debutaron en formato largo arrancando otoño de 2024 con disco homónimo editado por el sello ampurdanés Montgrí. Dan Peralbo (guitarra y voz), Albert (Ret) Ramos (guitarra), Aleix -Jimmy- Vilarrasa (batería) y Pol Villegas (bajo) unieron fuerzas allá por 2020 amplificando Dan su proyecto en solitario con el ensamblaje en formato banda. Por el camino se proclamaron ganadores del prestigioso concurso Sona9 en 2021 y publicaron cuatro EP's. Lo que se dice quietecitos, no han estado.

Las experiencias trasnochadoras acumuladas durante los últimos años derivadas del frenesí juvenil son la base temática sobre la que se sustenta el álbum, uno producido por Joan Delgado y Aleix Turon (Cala Vento) y que se viste con certeros ritmos pop-rock.

Foto de Carla Pérez Vas

El disco abre la puerta con la adictiva "Com es mou" y unos nerviosos rasgueos guitarreros anticipando la energía lozana que se gastan. Los de Torelló (Barcelona) entran rockanroleando a pecho descubierto y a ti solo te queda brincar como un poseso.

Cogemos aire con la entrañable "Tot allò que vaig sentir" (videoclip insertado a pie de página). El cuarteto se nos pone nostálgico desplegando recuerdos de infancia enmarcados en un ultra melódico corte. Esos bucólicos acordes guitarreros son para darles de comer aparte.

El medio tiempo "He begut (una mica massa)", con un título que no deja lugar para la imaginación, convierte la cogorza en un ejercicio de camaradería fraternal. Mientras, llega "Angelina Jolie", otro de los hits contenidos en el álbum, avisamos que su pegadizo estribillo se grabará a fuego en tu subconsciente. 

Llegamos al ecuador del disco con la sorprendente "Que nos quiten lo bailao" y esos cambios de ritmo, momentos para el desboque con guitarras afiladas, otros evocadores, coros incluidos... No podemos comulgar más con el título, a pies juntillas.

La acapela "Mireia" abre dulcemente la cara B del vinilo en forma de carta de amor sin filtros. Bajaremos de las nubes de gominola en la que nos habían instalado recientemente con el power-pop de quilates de "Julivert" y unos Weezer con barretina dando el callo y de qué manera.
 
"Bang bang bang" o una jocosa visión de la lucha de clases a ritmo de sinuoso brit-pop precede a "Quin panorama", el cigarrito de después contenido en otro tema redondo del cuarteto catalán.

lunes, 18 de noviembre de 2024

NOISE BOX - "Daño" (Flor y Nata Records, 2024)


Bienve Campoy (guitarra), Helios Sánchez (bajo), Luis Pastor (sintes y programaciones), Pedro Marco (batería) y Jesús Cobarro (voz y guitarra) son la alineación actual de NOISE BOX y nos traen décimo álbum con Daño (Flor y Nata Records, 2024). Los murcianos vienen desde principios del año 2000 forjando méritos para alcanzar sitio de honor en el panorama independiente patrio y con este nuevo trabajo deberían haber llegado sobrados a la meta. Cambian el inglés por el castellano en 12 canciones donde se muestran más incisivos y sugerentes que nunca armados de su indie rock con alta simpatia por el emo.

"Daño" arranca con el tema titular y esos destellos de sintes a los que enseguida acompaña el bajo pulsómetro cimentando un corte que se desboca en el estribillo rebosante de guitarras grunge. Un arranque bien sugestivo, sensación que quedará atrincherada durante toda la escucha.
  
Nos ponemos intensos con "Algo bueno" agitando una coctelera sonora donde aparecen desde loops, samples y cajas de ritmos hasta un ligero autotune insertado en la voz de Cobarro. Una que se desgañita mientras líricamente busca el equilibrio entre la angustia y el alivio, lo que viene a ser sentirse vivo.


El primer adelanto del disco fue "Espiral" animando a arriesgarte por un sueño, a ser valientes, sin miedo, la recompensa puede ser gloriosa. Un riff guitarrero nos introduce a otro brillante corte que va navegando en sutil in crescendo para estallar definitivamente en un último minuto de traca.

"Hoguera" es eso mismo, una llamarada que arrasa con lo que pilla. El lado más explosivo de NOISE BOX servido en bandeja de plata con afiladas guitarras, batería detonadora y bajo percutor hermanados por unos evocadores sintes a modo de guinda para uno de los cortes más arrebatadores del conjunto.

Cogemos aire con la delicadeza de la estrofa de "Alfiler". Será un espejismo porque llega el estribillo y vuelve a aflorar el apasionamiento innato del quinteto. Luego con esos solos de guitarra ya nos tendran ganados para siempre. ¡Temón!

La melancólica "Ejercicio de gratitud" fue el último avance de Daño, contando con la colaboración destacada de la guitarra de Jorge Guirao de los añorados SECOND. De los temas más melódicos y evocadores del disco resulta una muestra más del poder camaleónico de los murcianos. La segunda mitad de la canción va derivando hacia fuegos artificiales.

Cuidado con "1Up" que juega al despiste. Su aparente minimalismo te va envolviendo hasta hacerte suyo. Una fantasmal estrofa desembocando en ultra-melódico estribillo para luego ir buscando recovecos donde refugiarse, a modo de animal en peligro de extinción. Maravillosa.
 
"Caja de ruido" o el poder sanador de la música, es la más popera del álbum. Un himno motivador con forma de medio tiempo provisto de un estribillo irresistible, capaz de hacerte resurgir de las cenizas una y mil veces.
 
Las heridas de una ruptura sentimental cicatrizan mucho antes con notas tan radiantes como las de "1985". Le sigue la elegancia placentera de "Nuestra soledad" con el bajo pidiendo protagonismo. De repente hacia su ecuador nos sobreviene un break partiéndola en dos. A partir de ahí se rebela tanto musicalmente como líricamente, intentando escapar de esa misma "soledad".

viernes, 15 de noviembre de 2024

BIZNAGA - "¡Ahora!" (Montgrí, 2024)


BIZNAGA ya llevan, con este ¡Ahora! (Montgrí, 2024), cinco álbumes en su mochila. Una repleta de puñetazos punk-rock bien noqueantes, a menudo en forma de canción protesta puesta al día, pasada por el aro del músculo de Jorge Navarro (bajista), Álvaro García (guitarra y voz), Torete (guitarra) y Jorge 'Milky' Ballarín (batería). Con el presente trabajo se coronan como máximos representantes del descontento socio-político actual, eso sí, sin renunciar a la ilusión armados de un moderado optimismo.

"El futuro sobre plano" nos abre la puerta a ¡Ahora! con el derecho a una vivienda digna como bandera. La enarbolan al modo del cuarteto madrileño-malagueño: estrofa incisiva, puente arrollador y estribillo cadencioso.

En "Imaginación política" empezamos a ver una luz de esperanza: <<Te imaginas que fuera posible otra vida, que hubiera alternativa a esta deriva? ¿Y si vuera verdad? Es verdad, es verdad>>. La épica contenida de su último minuto es de traca.


El bajo de "El entusiasmo" (videoclip insertado a pie de página) me tiene ganado. El que fuera primer single avance del disco es puro subidón, en todos los sentidos. El corte más inmediato del conjunto arranca líricamente de manera lapidaria: <<Cuando el desencanto es tradición el entusiasmo es una disidencia>>. Podría ser el eslogan perfecto para presentar ¡Ahora!. Y su final tampoco se queda cojo: <<El entusiasmo nos atraviesa con su cuchillo de primavera>>.  Antes, el estribillo ya nos lo dejaba claro: <<Esto es una canción de amor y una declaración de guerra>>. Ah, me dejaba otra frase made in BIZNAGA: <<si hay que morir es de vivir>>.

En "La gran renuncia" denuncian <<el estado de malestar>> en el que estamos sumidos, donde el vivir para trabajar es religión. Esos avinagrados rasgueos guitarreros acompañando el bajo antes de presentar el estribillo son de los que se marcan a fuego.
 
La Wikipedia nos explica que las "Benzodiazepinas" son medicamentos psicotrópicos (actúan sobre el sistema nervioso central) con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, antiepilépticos, amnésicos y miorrelajantes. Se usan en medicina para tratar el trastorno de ansiedad, el insomnio y otros trastornos del estado de ánimo. La canción del mismo título se despereza progresivamente, in crescendo, transitando por el abuso de la medicación de manera rehabilitadora gracias a su melódico desarrollo.

La cara B del vinilo asoma la cabeza con el desgarrador medio tiempo "Espejos de caos" reflejando la fustración y angustia derivada de la precariedad laboral. La consecuencias pueden originar situaciones límite como la de los protagonistas del corte.

La empoderadora "Las afinidades eléctricas" sentencia desde su inicio con ese: <<quien se olvida de los amigos se olvida de sí mismo>>. Le sigue Anxa Baltar (BALA) haciendo los coros en la sobrecogedora, pese a su luminosas notas, "Réquiem por un rider". Las guitarras jangle-pop jugueteando con el bajo pulsómetro ponen el resto a otro espléndido corte.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

KOKOSHCA - "La Juventud" (Sonido Muchacho, 2024)


KOKOSHCA vienen dando guerra desde 2008 con su pop-rock atemporal abierto a condimentarse con especias rítmicas diversas, como se hace más que evidente en su octavo álbum de estudio La Juventud (Sonido Muchacho, 2024).
 
Amaia Tirapu (voz y guitarra), Iñaki López (voz y guitarra), Iñigo Andión (bajo y coros) y Álex López (batería) arrancan el trabajo con un discurso de Pepe Mújica musicado en "Tienes que saber esto". Como suele ser habitual en los alegatos del ex-presidente de Uruguay se nos muestra tan aleccionador como motivador por lo que empezamos la escucha con un plus de excitación, culminada con la llegada del tema titular. La animosa "La Juventud" con esas nerviosas guitarras enmarcando su pulso krautrock nos marca el camino hacia la eterna lozanía, una en la que la actitud lucha por imponerse a la inexorable huella del tiempo en nuestras carnes.


"Lo que hay de mi", con ese cadencioso saborcillo Madchester incorporado, exhibe sin tapujos la grima hacia la jornada laboral con versos como: <<tanto trabajar, tanto trabajar solo quiero salir de esa jaula y volver a volar>>

El yeyé sesentero entra en escena de la mano de "Huella de ti" y unos teclados, gentileza de Betacam, especialmente protagonistas. La superación de una ruptura sentimental siempre será menos traumática acompañada de un corte tan luminoso como el de los pamploneses.

El latente duduá de la nostálgica "El verano" nos evoca, a través de un fugaz amor estival, a la placidez de tiempos pretéritos en los que, parafraseando su lírica: <<entonces el verano duraba más de un mes>>.

La popera "Parkour" se nos rebela ante el asfixiante sistema capitalista establecido en el que las ciudades cada vez son menos habitables y vivir para trabajar se convierte en religión. 

El corrido mexicano "Mi barrio" no lo vimos venir. En cambio se funde de maravilla entre su repertorio a la vez que reivindican un sabor a barrio en peligro de extinción.

Nos quitamos el traje de mariachi para enfundarnos el de desfase nocturno con "Sácame a bailar". Himno hedonista demandando el carpe diem como ley suprema. No hay lugar mejor que sobre la pista de baile.  
 
El collage sonoro de La Juventud sigue aportando recortes bien coloridos con "Nos pasa siempre". Otra de las sorpresas que nos tenían preparadas el cuarteto navarro con ese arrebatador cruce entre cumbia colombiana y música dub jamaicana.

lunes, 11 de noviembre de 2024

FABIO VEGA AND THE QUIET MEN - "Burning" (autoeditado, 2024)

 

Fabio Vega lleva obsequiándonos con discazos como A QUIET MAN desde el 2009. Claro exponente del DIY (do it yourself) ya venía experimentando en su casa desde 2001 partiendo de caja de ritmos, una mini pedalera y una guitarra acústica mientras iba montando su propio estudio y adquiriendo más instrumentos. Con nueve álbumes en su haber el último, Staring at the Dark (2021), era la confirmación de una deriva hacia la electrónica de sus paisajes característicos soft rock, con poso jazzístico y aura de crooner incorporados. 

Fabio ha querido recuperar sonoridades primigenias, volver a la calidez analógica de antaño. Para hacerlo se presenta ahora como FABIO VEGA AND THE QUIET MEN y este nuevo trabajo, Burning (2024). Completan la formación Kike Pellicer (bajo), Pedro Jiménez (guitarra eléctrica) y Chiri (batería).


La temática romántica sigue siendo el leitmotiv lírico principal de sus composiciones como queda bien patente en el arranque de disco "River of love". Una especie de bolero con guitarra blusera como guinda para un elegante y sensual corte que nos teletransporta , lo que viene a ser Fabio Vega en todo su esplendor. 

"Déja vú" con ese viaje guitarrero acompañado de un aterciopelado bajo, batería ingrávida, distinguido saxo y coros reparadores abrazando la voz de un Fabio que parece querer dejar atrás los restos de una relación agotada.

El amor a veces también triunfa, como parece que pasará en "Let's pick the night, together", al menos durante una noche. El acordeón incorpora un plus de lujuria a otro tema arrebatador.

"Far from myself" es el corte más extenso del conjunto gracias a sus seis minutos con cuarenta y seis segundos de puro cortejo entre saxo y guitarra eléctrica. Le sigue la melancólica "High-heeled shoes". El certero riff guitarrero junto a las notas del acordeón intentan atenuar los efectos devastadores de un corazón roto: <<Every hour feels like days, time cannot heal my pain, it's worst every day, my love / Cada hora se siente como días, el tiempo no puede curar mi dolor, es peor cada día, mi amor >>.

"We've got to know" con ese preciso a la vez que sorprendente break rondando su ecuador y el desboque final coronando una nueva perla del artista rapitense de adopción (Terres de l'Ebre). Llega "The keeper of your heart" con Fabio en modo seductor, le sale de natural pero aquí lo borda, susurrando deseo y pasión. 

viernes, 1 de noviembre de 2024

THE CURE - "Songs Of A Lost World" (Universal Music, 2024)


Los THE CURE no pudieron elegir mejor día para la publicación de su nuevo álbum Songs Of A Lost World (2024) que el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. En la jornada en la que rendimos homenaje a los que ya no se encuentran entre nosotros Robert Smith y los suyos salen de su tumba de larga sequía discográfica, desde aquel lejano y descafeinado 4:13 Dream de 2008. Lo hacen con un álbum glorioso, digno de un deseado aunque no demasiado evidente regreso, teniendo en cuenta cuánto se dilataba la espera. 

THE CURE ya nos habían hechizado sobradamente con sus melodías descarnadas, preciosistas o sobradas de pegada, durante cuarenta y cinco años de venerada carrera. Tras dieciséis primaveras de mutismo productivo ya no sabíamos el estado en que se encontraría una maquinaria compositiva quizás algo oxidada, ni que sea por el implacable paso del tiempo. Debemos recordar que Robert Smith tiene 65 años, todos nos vamos haciendo mayores y eso, quieras o no, puede pasar factura. 

Pues va y resulta que todavía quedaba inspiración de sobras. En Songs Of A Lost World el británico se quita el polvo acumulado y nos conecta a cara descubierta con el sentimiento de pérdida (en los últimos años sufrió las de sus padres y su hermano) y la soledad compinchada con el inexorable paso del tiempo, aquel que nos acerca al final del trayecto vital mientras te vas marchitando con más o menos dignidad. Un lienzo en blanco donde se pinta un cuadro que hiere y cicatriza a la vez.


Olvídate de los THE CURE que manufacturaban píldoras pop de efecto inmediato en los 80 y 90's. Aquí vuelven desde la madurez a la oscuridad extrema de sus inicios con unas atmósferas brumosas que brotan por entre canciones densas y prolongadas.

Songs Of A Lost World contiene un ejercicio de simetría conceptual que arranca con "Alone" y una desgarradora letra que dispara tal que así: <<This is the end of every song that we sing / Este es el final de cada canción que cantamos>>. Luego se cierra el disco y ese bucle sensorial con "Endsong" sentenciando: <<It won't be long It's all gone. Left alone with nothing at the end of every song. Left alone with nothing, nothing / No me queda mucho tiempo, todo ha desaparecido. Me he quedado solo sin nada al final de cada canción>>.

El corte inicial con su ritmo tétrico y abatido resulta un puñetazo de melancolía premium. Los teclados de Roger O’Donnell muy protagonistas entablando con el bajo de Simon Gallup un diálogo de belleza hiriente mientras la batería de Jason Cooper le acaba de inyectar solemnidad a un corte inmenso.

Con "And Nothing Is Forever" y estos sintes celestiales simulando cuerdas sinfónicas poniéndote la piel de gallina desde el minuto 0, entramos en fase de aceptación: <<And I know, I know. My world has grown old but it really doesn't matter if you say we'll be together. If you promise you'll be with me in the end. Promise you'll be with me in the end / Y lo sé, lo sé, mi mundo se ha hecho viejo pero realmente no importa si dices que estaremos juntos. Si prometes que al final estarás conmigo. Promete que al final estarás conmigo>>. Su conmovedora delicadeza traspasa desde el corazón hasta el lagrimal.

En "A Fragile Thing" Simon Gallup se siente poderoso armado con su monumental línea de bajo. Después entrará majestuosa la guitarra eléctrica mientras la hipnótica base, con estas notas al aire de teclado, hará de las suyas durante el devenir de la canción. ¡Brutalísima! La de digestión más rápida del conjunto aunque esté a años luz de un hit pop. Levitando sobre las cenizas de un corazón roto.

Llegado este punto me gustaría poner en valor la entrada en la formación en los últimos tiempos de Reeves Gabrels. El estratosférico guitarrista, que fuera habitual colaborador de David Bowie, ha aportado sensiblemente a la banda su personal forma de tocar las seis cuerdas en los directos y ahora también en canciones como "Warsong", con una afilada distorsión añadiendo angustia a otro desarmante tema.

"Drone:Nodrone" sorprende por su vigorosidad no exenta de inquietante lírica. El tándem que forman el riff del Sr. Gallup y el desmelene en la guitarra de Mr. Gabrels es de traca.

Robert Smith lamenta la muerte reciente de su hermano Richard en "I Can Never Say Goodbye" y unas balsámicas notas al piano cimentando una canción que corta la respiración.