El retorno de NUDOZURDO nos dio la bienvenida al 2024 tras siete años desde la publicación de su anterior referencia y menudo pedazo de pan que traían bajo el brazo. El álbum Clarividencia subió al podium de lo más estimulante del año, sobrado de sugestivo talento, como nos tenían bien acostumbrados desde sus inicios como banda, arrancando el siglo XXI. El acabose ha sido que a los 11 meses de la salida de su dorado retorno viera la luz el EP No te puedes rendir. Cinco cortes nacidos del disco anterior, que no tuvieron su lugar en él pero que ahora se reivindican poderosos empaquetados en este nuevo trabajo.
"Cura de humildad" nos da la bienvenida desperezándose con unos delicados arpegios guitarreros. El bajo va haciéndose sitio hasta que llega la batería y el tema arranca su particular travesía hacia la épica. El ocaso lírico, marca de la casa, es de traca: <<No quiero cambiarte, ni tocar los botones equivocados. Como dos niños pequeños, que se esconden los zapatos. Ser, pretendemos. Que atravesar de nuevo el fuego. Y será otra cura de humildad>>.
En la pista que da título al trabajo Leo Mateos insiste en el mantra "No te puedes rendir" a medida que va desplegando sus alas durante más de seis minutos de ceremonial guitarrero. Bendita distorsión, in crescendo, con brotes de psicodèlia incluidos. El bajo pulsómetro y la batería percutora actúan como gregarios de lujo. NUDOZURDO en estado puro, gustándose, intimidando, sugestionando.
<<Me prendí fuego en directo y me dieron por muerto. Me agarre a tu cabello y contuve el aliento>>. Así empieza "Me dieron por muerto", otro de aquellos momentos hiper sensoriales en la carrera de los madrileños. Electricidad y electrónica entrelazándose hasta fundirse en un ente esplendoroso. Parafraseando su título quizás sí que les dimos por muertos antes de su reaparición el año pasado, pero con canciones como la que nos ocupa podemos afirmar que su estado de gracia es inmutable.
El enérgico shoegaze de "Brutalismán" lleva consigo la distinguida colaboración vocal de Alondra Bentley. Una marcial batería se abre paso entre onomatopeyas y reverberación, creándose una atmósfera que pide hendiduras por donde coger aire.
Un tenue riff guitarrero arranca la aterciopelada "A las afueras del templo" mientras va segregando flow por entre sus notas. Elegante cierre para No te puedes rendir aunque sin abandonar del todo esa aspereza seña de identidad de la banda. Letras tan cinceladas nos dan la razón:<<Leche cruda, cuajo amargo. Esclavo recién liberado>>.
Disfruta de No te puedes rendir de NUDOZURDO>
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