SHEGO - "No lo volveré a hacer" (Ernie Records, 2025)
Ni que decir tiene que las SHEGO son una de las bocanadas de aire fresco más arrebatadoras de los últimos años en el panorama musical independiente patrio. Dando guerra desde 2020 con varios singles, un par de premios, un EP y el ilusionante debut en formato largo Suerte, chica (2023), ahora nos traen más madera con su segundo álbum: No lo volveré a hacer (Ernie Records, 2025).
Maite Gallardo (voz, guitarra), Raquel Cerro (voz, guitarra) y Charlotte Augusteijn (bajo) confirman los mejores augurios ganados a pulso durante este último lustro en treinta y dos minutos de estimulante punk-rock enmarcando un disco que transita por las fases de lo que viene a ser un amor tóxico de manual.
"Un secreto" arranca el disco dejándonos con ganas de más desde el minuto 0. Y es que sus desgarradores minuto cuarenta y cinco segundos son un empiece de trabajo demasiado placentero como para no alargarlo un minutillo más. Ese bajo iniciático se manifiesta como puñetazo encima de la mesa, somos SHEGO y seguimos liándola parda. Si en el bote pequeño está la buena confitura aquí tenemos el mejor ejemplo.
Foto de Adri Cuerdo
Se consuma la ruptura sentimental con "Aunque duela": <<Hay días que aún me dura y me arrepiento pero luego me acuerdo que... Aunque duela es mejor así, me parece lo mejor para mí>>. Los poderosos rasgueos guitarreros que enmarcan el tema parecen sellar un categórico: ¡A tomar por culo! La melódica parte instrumental le pone la guinda a otro estupendo corte.
El riff de guitarra omnipresente ejerce de cicerone perfecto para la deslumbrante "arghHhh!". Estrofa de terciopelo presentando un estribillo que es empoderamiento al cuadrado. Esta onomatopeya sonora incluye final apoteósico, con un bajo que está que se sale.
Con "Mantra" parecen decididas a seguir las indicaciones derivadas del título disco pero ya se sabe: <<No lo volveré a hacer, luego lo hago otra vez>>. Y eso que insisten, lógicamente al modo "mantra", como quiriendo dar un empujoncito al autoconvencimiento. Los gritos que escoltan el guitarreo sentencian una redención a todas luces inútil.
Llega la melancólica "Manifesting" y con ella la canción más redonda del álbum, y eso es decir mucho teniendo en cuenta el magnetismo reinante en toda la escucha. Sujestiva estrofa, puente incisivo, estribillo desarmante y unas guitarras que cuando nos traen de vuelta resuenan mucho a los The Strokes más inspirados. Pura maravilla.
En la encantadora "No quiero" se nos cuela un sutil sabor surfero purulando por ahí con esos sutiles coros abrazando el trabalenguas <<No puedo, ni quiero, ni debo, ni puedo, quiero>>. Luego nos embarga la languidez nostálgica de "Algunos lunes" y parece que nos falte incluso la respiración. Pero tranquilas que llega "La fiesta" para remontar subiendo las escaleras de tres en tres. Ese punzante riff guitarrero secundado por un bajo muy jefe te guiaran hacia la primera bacanal que se ponga a tiro.
El medio tiempo "Backstage" traspira desesperación y angustia, un querer salir del hoyo sin saber demasiado bien cómo. El increscendo tramo final remata atisbando reacción: <<No es tu culpa ni es la mia, hace tiempo que lo puedo ver>>. La misma que se confirma en la hedonista "Curso avanzado de perra" (videoclip insertado a pie de página), dónde aquello de que "quien pega primero pega dos veces" se hace religión. Poderío y rebeldía con unas guitarras y bajo cogiéndote bien fuerte de la mano para ponerle el lazo de regalo al decreto final:<<Cada día en el mundo vas a ser tan feliz, nada va a dolerte, nadie te va a destruir>>.
La acústica "(es posible)" contiene lo que parece ser la mayor colaboración nunca vista en una canción estatal, ahí es nada con: agosto, Alvadera, Casero, Clara Redi, El Buen Hijo, Ganges, Ghouljaboy, Ginebras, Grande Amore, interrogación amor, Kimberley Tell, Las Dianas, Lucy Morry, mariagrep, Menta, Mira Paula, Repion y Toldos Verdes. Más allá de records Guinnes estamos ante un canto a las cosas buenas de la vida, las que nos hacen mejores personas o solamente nos proporcionan un soplo de efímero placer. La guinda la pone un rabioso último minuto acompañando los versos finales: <<Cuando la vida sea buena todo el rato, ¡De una puta vez! Llegarás a mis brazos>>.
Con "Que muera el amor" se cierra el disco dando carpetazo definitivo a una relación, deseando salir reforzadas. Aunque también nos vendieron aquello de que "De la pandemia saldríamos mejores" y mira luego. Sea como fuere vaya por delante este arrebatador ejercicio de desnudez emocional y fortaleza que es No lo volveré a hacer.
¡Disfrútalo!>
No te pierdas alguno de los conciertos de la Purísima Gira>
No hay comentarios :
Publicar un comentario